Estamos en la transputamierda, dijo Juan Miguel Álvarez mientras colgábamos de la parte de atrás del jeep. En ese momento supe cuál sería el nombre del proyecto, que ya lleva once años.
Como extranjero, me pregunto si los turistas quieren llegar a las profundidades de la Colombia rural, o prefieren quedarse en las maravillas clásicas y las grandes ciudades.
Solo se me ocurre que los grandes turoperadores se enfocan en las ciudades turísticas de toda la vida. No se si primero fue, en este caso, el huevo o la gallina.
Que viaje Federico, gracias!. A mi no deja de sorprenderme Colombia, últimamente esto que dices "la recursividad de los colombianos como una forma de sobrellevar la precariedad", y yo agregaría, el aislamiento, en los Hatos de las sabanas inundables de Casanare cualquier elemento es útil, el cuerno de un venado, el cuero de los testículos del toro y el cacho de un vaca, la totuma y la tinaja, fascinante. Bueno y en cuanto a restaurantes, coincido con los chorizos de delgaditas, entre Manizales y Mariquita, los mejores, pero si vas hacía Boyacá, los amasijos del buen gusto en Ventaquemada, por Casanare, el queso de mano ( con tungo) en la Yopalosa (entre Pore y Yopal) y en el Cauca, el kumis del Patía. Podría seguir...
En cuanto a la pregunta que haces de recomendar algún restaurante en las carreteras colombianas.... pues no es un lugar en específico, es un pueblito que queda en la carretera que va de Pasto a Ipiales, se llama El Pedregal.. allí encontrarás varios restaurantes donde venden Arepuelas.. ¡son manjar de dioses! jejje acompañadas con tinto, ¡Yumm! No es algo exótico, pero son deliciosas.. apenas para amenizar el viaje.
¡Es un deleite escucharte! La primera vez que lei el hashtag 'Transputamierda' me impactó y conecté de inmediato con todo eso tan fuerte que se vive en este país y pensaba que qué palabra más acertada para retratar esas realidades que nos muestras a través de tus fotos. ¡¡Gracias!! <3
Esta historia está hermosa. Leerla es como hacer un viaje. Viví varios años fuera de Colombia y este es el tipo de contenido que me hubiera hecho llorar al estar lejos, porque creo que hay un hilo invisible que nos une como Colombianos y nos mueve. Es esa magia que vive en los espacios entre lo trágico, la precariedad (me gustó cómo usaste esa palabra) y el día a día.
La foto del campesino en Tamara, Casanare, simplemente la amo. Es mágica.
Cada vez toma más formas el nombre de “historias sencillas”. Bello escucharte durante 14 minutos. Espero con interés la próxima historia y tus recomendaciones, gracias por estoooooooo!!
Como extranjero, me pregunto si los turistas quieren llegar a las profundidades de la Colombia rural, o prefieren quedarse en las maravillas clásicas y las grandes ciudades.
Buena pregunta.
Solo se me ocurre que los grandes turoperadores se enfocan en las ciudades turísticas de toda la vida. No se si primero fue, en este caso, el huevo o la gallina.
Si, como muchas cosas: Si eran los turistas los que lo pedían, o eran los turoperadores lo que lo ofrecían, creando por ello una demanda.
es difícil que un extrangero llegue hasta este tipo de lugares, pero siempre serán bienvenidos¡
Gracias. Me gustó mucho el artículo.
Que viaje Federico, gracias!. A mi no deja de sorprenderme Colombia, últimamente esto que dices "la recursividad de los colombianos como una forma de sobrellevar la precariedad", y yo agregaría, el aislamiento, en los Hatos de las sabanas inundables de Casanare cualquier elemento es útil, el cuerno de un venado, el cuero de los testículos del toro y el cacho de un vaca, la totuma y la tinaja, fascinante. Bueno y en cuanto a restaurantes, coincido con los chorizos de delgaditas, entre Manizales y Mariquita, los mejores, pero si vas hacía Boyacá, los amasijos del buen gusto en Ventaquemada, por Casanare, el queso de mano ( con tungo) en la Yopalosa (entre Pore y Yopal) y en el Cauca, el kumis del Patía. Podría seguir...
fabulosas recomendaciones¡
En cuanto a la pregunta que haces de recomendar algún restaurante en las carreteras colombianas.... pues no es un lugar en específico, es un pueblito que queda en la carretera que va de Pasto a Ipiales, se llama El Pedregal.. allí encontrarás varios restaurantes donde venden Arepuelas.. ¡son manjar de dioses! jejje acompañadas con tinto, ¡Yumm! No es algo exótico, pero son deliciosas.. apenas para amenizar el viaje.
Un abrazo
El Pedregal, anotado para el próximo viaje a esa región
¡Es un deleite escucharte! La primera vez que lei el hashtag 'Transputamierda' me impactó y conecté de inmediato con todo eso tan fuerte que se vive en este país y pensaba que qué palabra más acertada para retratar esas realidades que nos muestras a través de tus fotos. ¡¡Gracias!! <3
¡¡Esperando el próximo newsletter con ansias!! :)
ya casi
Esta historia está hermosa. Leerla es como hacer un viaje. Viví varios años fuera de Colombia y este es el tipo de contenido que me hubiera hecho llorar al estar lejos, porque creo que hay un hilo invisible que nos une como Colombianos y nos mueve. Es esa magia que vive en los espacios entre lo trágico, la precariedad (me gustó cómo usaste esa palabra) y el día a día.
La foto del campesino en Tamara, Casanare, simplemente la amo. Es mágica.
Gracias Amalia¡ fue un instante muy bello cuando lo ví ahí sentado en la esquina del pueblo al final del dia.
Disfruté cada palabra y cada fotografía. ¡Gracias!
Gracias¡
Historias sencillas, se traduce en historias completas de conocimiento, información, motivación.
Un ejemplo a seguir y espero algún día tener ese nivel de conciencia para documentar y trasmitir así.
Federico, en estos viajes a pie vas cargado de equipos de fotografía o tienes un todero que te acompaña? Quiero aprender a no viajar cargado
viajo cargado, he ido intentando hacer liviana mi mochila, pero es difícil.
Uno siempre queda con ganas de más "historias sencillas". Gracias, Federico.
vienen muchas mas¡
Cada vez toma más formas el nombre de “historias sencillas”. Bello escucharte durante 14 minutos. Espero con interés la próxima historia y tus recomendaciones, gracias por estoooooooo!!
Gracias Camila¡ ya estoy preparando el próximo que viene con una gran sorpresa¡¡¡
Uy, hermano. Cómo olvidar ese desayuno fastuoso y fresco en El Playón. Cada tanto cuento esa historia de gastronomía y periferia. Abrazo.
gran recuerdo hermano¡