Acá puedes escuchar mi versión en audio de este post. O puedes leerlo más abajo.
¿Y quién va a ver mis fotos?
Esa es la pregunta que uno se hace casi todos los días como fotógrafo.
¿Estoy trabajando para que la gente vea mis fotos? ¿Habrá quién pague por ellas? ¿Habrá, al menos, quién las disfrute? ¿O estoy haciendo esto por mí y para mí como una forma de catarsis o de liberación?
Esta semana me hicieron una entrevista para la escuela de fotografía Roberto Mata, y me preguntaron qué le diría a alguien que está empezando en la fotografía. Les respondí esto:
Si realmente quieres ser fotógrafo, todo el camino, cada paso, te enseñará lecciones valiosas: utilízalo en tu beneficio. No es fácil, pero tampoco imposible. Esto no es un trabajo, es una pasión, y esa diferencia hace que no sea fácil decidir y negociar. Esto no es un trabajo de ocho horas, de 9 a 5, con fines de semana tranquilos: esto te pilla 24/7, esto hace que te despiertes en mitad de la noche para escribir un proyecto que se te acaba de ocurrir o que te levantes a las 3:00 am para viajar en busca de una foto que quieres. Aquí no hay comodidad, dinero ni lujos. Hay mucho trabajo que hacer, pero si lo haces porque te llena el alma, hazlo bien.
Aquí puedes leer la entrevista completa.
También pienso en la carta de Sergio Larraín a su sobrino (quien le hizo la misma pregunta), y creo que puede ser un buen comienzo para alguien que quiere empezar en la fotografía.
Pero, honestamente, cada vez que alguien me hace esa pregunta (“¿un consejo para los jóvenes?”), me asalta una duda: ¿quién puede estar interesado en volverse fotógrafo hoy? ¿Existe esa persona?

La audiencia. Esa es la gran pregunta. Escribo estas líneas confiando en que llegarán a puerto seguro: te escribo a ti, que lees este newsletter. Pero la mayoría de fotógrafos nos movemos principalmente en redes sociales, ese circuito enorme de producción de contenidos en los que uno publica sin saber si alguien va a ver o no, si habrá likes, o si habrá haters, si habrá shares o si habrá backlash o, incluso, si lo publicado podría volverse contra uno como un boomerang. “Te cancelan si dices mucho, si dijites poco, si no dijites nada”, dicen en Medellificación los Alcolirykoz: esos genios poniendo siempre claridad en palabras.
Definitivamente quiero salir de ahí, cada vez más estoy convencido de que es como lanzar una moneda al vacío esperando que encuentre un buen bolsillo. Y, además, me confronta mucho el hecho de ser medidos no por la calidad de nuestro trabajo sino por el impacto que tiene en redes.
Según esa lógica hay que decir y opinar sobre el tema del día, aunque sea con idioteces. Así crecen los seguidores y los haters, que básicamente se comportan como hinchas de un equipo o rivales del otro. No se vale pensar: se vale ladrar y hacer ruido, porque si estás en la disputa te puedes poner de moda.
Evan Bucci, Ana Moneymaker y Doug Mills estaban ahí, con la cámara en mano en el instante en que alguien le disparó a Donald Trump. El instante es histórico pero ni ellos ni nadie habría podido predecirlo. Sus fotos pasarán a la historia, sin quererlo, sin buscarlo, con la humildad de levantarse cada día a hacer el trabajo, a sostener la cámara y estar listo, en el momento justo y en el lugar indicado, para documentar lo que sucede frente a uno. Ese es el trabajo. Y cuando no hay trabajo, aturde el autobombo.
Hace un poco más de 3 años publiqué mi primer fotolibro de autor, Verde, un libro que recogía mi trabajo de más de diez años documentando a las FARC, desde 2011 hasta 2021. Imágenes de la guerra, de los recorridos, de los territorios y de la paz. Imprimimos 4 ediciones, 1000 libros en cada tiraje y la obra tuvo una recepción potente.
He expuesto ese trabajo en varios lugares y me siento satisfecho de haber generado diálogos valiosos. Pero no todo lo que hago tiene el alcance que ha tenido Verde. ¿Qué hago para que la gente se entere del trabajo más reciente? ¿Coreografías en Tik Tok para entrar en el trending topic? He visto también que las ridiculeces tienen buenos números. ¿Será necesario arrojarme comida en la cara o grabar cómo me tropiezo en un andén?
Al final, sigo haciendo fotos intentando convencerme de que funcionan en el diario y que también servirán para la historia. Me gusta creer que mis fotos conmoverán a alguien, o que llegarán a grupos con poder de decisión sobre los temas que cubro. En últimas, deseo que, dentro de un siglo, otros se asomen al pasado a través de lo que vi.
Ahora estoy trabajando en Darién, mi segundo fotolibro de autor. Estoy haciendo un crowdfunding para publicarlo entre octubre y noviembre. El libro reúne un trabajo largo en el que he documentado a los migrantes cruzando de Venezuela a Colombia, de Venezuela a Brasil, deportados haitianos, y las más de 100 nacionalidades de miles de migrantes que han cruzado la selva del Darién buscando llegar a Estados Unidos. En esta ocasión también editado por Santiago Escobar Jaramillo de Raya editorial.
Y otra vez me pregunto lo mismo, ¿qué hago para que la gente se entere? ¿Quién va a ver mis fotos? No sé. La respuesta siempre es incierta.
Así que quiero agradecerte por estar acá, por leer esto. Tú eres mi audiencia. Haberte suscrito a este newsletter me hace sentir que estás realmente interesado en lo que hago. De alguna forma siento que trabajo para ti, no en el sentido de la obligación, sino en que mis fotos pueden detonar una conversación entre los dos, en que estos correos pueden ser un diálogo para conocernos, para conectar sin las apariencias ni el ruido de las redes. A mí, personalmente, me hace mucha falta. Gracias de nuevo, de todo corazón.
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Fotógrafo
Esta vez no es uno, sino varios. Quiero destacar el cubrimiento electoral que un grupo talentoso de fotógrafos está haciendo desde las calles de Venezuela: Andrea Hernández, Alejandro Cegarra, Adriana Loureiro, Gaby Oráa y Marcelo Pérez del Carpio. Seguro se me quedan varios fuera, pero de verdad ha sido una cobertura potente.
Película
Fitzcarraldo, de Werner Herzog. Una oda a lo imposible, a la música clásica de una vitrola flotando en un barco que navega el Amazonas, a la ópera en Manaus, un elogio a las luchas titánicas a pesar de las dificultades.
Libro
La Casa que Sangra, fotolibro del Mexicano Yael Martínez publicado por KWY ediciones bajo la dirección editorial de Musuk Nolte. Yael acaba de ser ratificado como miembro de Magnum Photos, la reconocida y premiada agencia internacional de fotografía.
¡20%!
Si quieres comprar Darién en preventa, puedes hacerlo acá. Ya van 90 personas financiando mi fotolibro. ¡Gracias!
¡Gracias de nuevo por estar ahí!
Federico
Gracias Andrea¡¡¡
Hola, te conocí a través de una entrevista que te hizo José David Campuzano, inmediatamente pude ver la pasión de la que hablas.
Luego comencé a ver la realidad del país a través de tu mirada, esa que está lejos, en el campo, la que yo no puedo ver. Ese dolor, esa esperanza y esos caminos que yo no he recorrido.
Ojalá muchas personas vean tus fotos y se conecten con lo que nos quieres mostrar.
¡Buena suerte con Darién!